CRISIS PSOE

Psicodrama socialista en directo y ante toda España

Pedro Sánchez, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero en...
Pedro Sánchez, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, en un acto conmemorativo por las víctimas de los atentados de París de noviembre de 2015. ANTONIO HEREDIA

Lágrimas, insultos, gritos y toneladas de bochorno en el Comité Federal

Octubre fue el mes de la mayor gloria del PSOE. 202 diputados en las elecciones del 82. Y octubre tuvo que ser el mes de su mayor desdicha. La Historia de las crisis internas del partido se repitió ayer en la sede socialista como farsa. Y hasta como esperpento. El psicodrama que protagonizó el PSOE, emitido en directo por los medios de comunicación, pasará a los anales no sólo del partido, sino también de la historia de la joven democracia española. Y del desgarro de la izquierda. A mitad de camino entre el teatro del absurdo, la novela negra y los dramas orgánicos, el Comité Federal del PSOE se pulió a su segundo secretario general en cuatro años.

De forma cruenta y con el protagonista resistiéndose como gato panza arriba. Todo con acompañamiento de llantos, escenas grotescas, acusaciones de pucherazo, cainismo, odios y vendettas. Testigos presenciales informaron que a las siete de la tarde, cuando el Comité Federal llevaba reunido ocho horas, Susana Díaz se encontraba al borde del llanto y hombres con muchas batallas orgánicas a sus espaldas aparecían devastados, el protagonista del drama permanecía impasible, con la mirada perdida, sin rastro de tensión en los ángulos de su cara.

A la desesperada, Pedro Sánchez intentó su última pirueta. Colocó una urna detrás de una cortina para que el Comité votara su propuesta de congreso extraordinario. Hasta los suyos retrocedieron espantados ante una votación sin garantías. José Antonio Pérez Tapias, el líder de la corriente Izquierda Socialista, y uno de sus apoyos firmes, abandonó la sede con cara de mucho susto repitiendo por la acera. "El partido está roto, el partido está roto". Roto casi por la mitad. 132 frente a 107. El dirigente, que concurrió a las primarias que ganó Sánchez, dijo que el temerario y todavía a esa hora líder socialista había dado la razón a sus críticos.

Miembros del Comité que aguantaron el espectáculo de las doce horas desolados, tristes e impotentes aseguran que Sánchez pretendía reventar el cónclave evitando las votaciones y que para ello puso en marcha una estrategia de filibusterismo estatutario. "Como en las asambleas de las facultades cuando sabes que vas a perder sí o sí". Todo ello mientras en la puerta de la sede un grupo de militantes clamaba contra la abstención, contra Susana y, sobre todo, contra Felipe González. A las diez de la noche, seguían gritando "Pedro, Pedro' cuando Pedro ya había dejado de existir.

El camino que condujo a la tragedia de este primero de octubre empezó en el mes de mayo de 2010, cuando Zapatero, el presidente más izquierdista, se rindió a la Troika y se presentó ante el Congreso a solicitar el voto para recortes sociales impropios de su relato como líder. "Me cueste lo que me cueste", dijo. A él le costó el cargo y a la vista está lo que le ha costado al PSOE.

El 15-M fue el siguiente mojón en el camino de perdición socialista. Los hijos de Zapatero y los nietos de Felipe González salieron a la calle a protestar contra el bipartidismo. Las graves heridas sociales de la crisis económica y el estallido de la corrupción encendieron una mecha que debilitó, sí, el bipartidismo. Pero que sumió en una profunda crisis de identidad a la izquierda española. El sistema se rompió por el lado del PSOE y así sigue cinco años después.

Zapatero renunció a presentarse a las elecciones y también renunció a mantener su relato de líder elegido en primarias. Nombró a su sucesor a dedo y este se posó en Alfredo Pérez Rubalcaba. Carme Chacón, que tenía pensado presentarse a las primarias, renunció a ello. Las elecciones de 2011, en las que Rajoy tuvo mayoría absoluta, dejaron al PSOE en 110 escaños y entonces el partido ya no pudo mirar hacia otro lado. La crisis interna se puso en marcha y en el Congreso de Sevilla, celebrado en febrero de 2012, Rubalcaba ganó a Chacón por 22 votos.

Un destacado dirigente socialista tomó un taxi al acabar el congreso y el taxista le preguntó quién había ganado. "Rubalcaba". "Bien, le respondió, los socialistas han elegido a quién los españoles han rechazado hace un mes en las elecciones". Los dos años siguientes se incubó Podemos, como consecuencia del agravamiento de la crisis y con los resultados de todos conocidos. Por entonces ya era un hecho que la identificación PSOE-PP era un hándicap para las aspiraciones electorales de los socialistas.

Las elecciones europeas les despertaron de forma abrupta. Un partido salido de la nada y liderado por un profesor que se llamaba Pablo Iglesias, como el fundador del partido, se hizo con cinco eurodiputados. El estupor se apoderó de todo el país y singularmente del PSOE, principal víctima de la expansión de la nueva formación.

Era la segunda vez que los españoles le decían al PSOE a gritos que tenía que cambiar, renovarse o morir. Rubalcaba dimitió, pero Susana, la líder mejor situada para hacerse con la secretaria general del partido, no quiso serlo de derecho aunque sí de hecho. Renunció a presentarse a las primarias, con la norma un militante un voto exigida por Eduardo Madina, y escogió como líder instrumental a un diputado semidesconocido pero joven y con aspecto renovador: Pedro Sánchez. El objetivo de Díaz era frenar a Madina, que le parecía poco maleable. Pronto se arrepintió la presidenta andaluza, ya que Sánchez empezó a actuar por su propia cuenta.

En vísperas de las elecciones municipales y autonómicas de 2015 , un destacado dirigente socialista resumía así el delicado estado de ánimo del partido. «El PSOE es un partido herido, dolido, acomplejado, desnortado, habitado por la zozobra y la incertidumbre. Con un líder nuevo y reforzado este mes, pero sin equipo fuerte ni proyecto claro. Un partido desconectado de la sociedad y expectante ante cualquier elección que puede resultar un desastre». La ilusión que despertó la elección de Pedro Sánchez como secretario general se evaporó en cuestión de meses ante los tozudos sondeos de opinión en los que el PSOE seguía cayendo.

La ansiedad y la congoja de comprobar que sus votantes no eran sensibles a la renovación reverdecieron las querellas internas. Susana Díaz rompió con Pedro Sánchez, el líder se sintió acosado por todos los frentes y cambió su eterna sonrisa por las demostraciones de fuerza. Pedro Sánchez decidió vivir al día, mientras su formación intentaba sobreponerse anímicamente a las heridas internas y a las amenazas externas.

Lo peor, decían muchos, no era el desánimo que los dirigentes advertían en las casas del pueblo. Lo peor lo encontraban en su casa, a la hora de la cena cuando sus hijos les bajaban a ras de tierra «Papá, creo que voy a votar a Podemos». El ex ministro Josep Borrell, que ha resucitado para ayudar a Sánchez y cobrarse viejas deudas con los poderes mediáticos que le defenestraron a pesar de ganar las primarias, ha declarado estos días que el PSOE tiene que entenderse con Podemos porque sus hijos están ahí.

El osado Pablo Iglesias de esta época no tardo mucho en proclamar que su objetivo era comerse al PSOE y ser el Felipe González del siglo XXI. Entonces todo el mundo se lo tomó a guasa, menos el Felipe González del siglo XX, que fue el primero que cargó contra el nuevo populismo.

Las sucesivas convocatorias electorales se saldaron con dramas, mientras en el partido iba creciendo el odio y la hostilidad contra Pedro Sánchez. El 20-D de 2015, los socialistas cosecharon el peor resultado de su Historia. 90 escaños. Podemos, 71. La dirección del PSOE descubrió con horror que los más de 11 millones de votos de Zapatero en 2008 se habían dividido entre dos fuerzas políticas. 300.000 votos separaron al PSOE de Podemos.

El candidato socialista no asumió la responsabilidad de la derrota, pero tampoco sus numerosos críticos se atrevieron a exigírsela en un congreso. Lo aplazaron hasta la formación de Gobierno, y en ello lleva el país ya nueve meses largos.

Tal vez Pedro Sánchez se arrepienta toda su vida de no haber empezado a negociar un Gobierno con Pablo Iglesias la noche electoral del 20-D. Entonces no se atrevió a plantar cara a su partido porque corría el riesgo cierto de que lo defenestraran. El Comité Federal le ató de pies y manos para no poder presentarse a la investidura con un Gobierno alternativo. Su pacto con Ciudadanos, escenificando con gran boato, no le podía conducir a La Moncloa.

Los resultados del 26-J no fueron más que otra muesca en la pistola de quienes querían acabar con él. Aunque el bloqueo institucional le ha permitido durar hasta el primer día de octubre a base de alimentar las expectativas de un Gobierno alternativo al de Rajoy.

La escapada de Pedro Sánchez contra su destino acabó ayer. Pero sus últimas bocanadas dejan una herencia envenenada para su partido. La gestora que se haga cargo del PSOE no sólo tendrá que intentar suturar las aparatosas heridas internas que sangraron con todo su esplendor durante la reunión del Comité Federal. También deberá decidir si los diputados socialistas se abstienen para dejar gobernar a Rajoy o bien van a unas terceras elecciones. La abstención sería una afrenta de la nueva dirección a la militancia, mayoritariamente en contra.

El último servicio de Pedro Sánchez en favor de su propia supervivencia fue difundir un relato poderoso. O Sánchez o abstención. Susana Díaz y los que ahora mandarán en el PSOE tendrán que encontrar un antídoto para ese veneno si no quieren sucumbir. Echando la vista atrás, las crisis han convertido al PSOE en una máquina de destruir alternativas renovadoras. Carme Chacón, Eduardo Madina y Pedro Sánchez. A ver si el siguiente tiene más suerte.

32 Comentarios

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La oportunidad, tras el 20D, para formar un gobierno alternativo al PP no se perdió porque la dirección del PSOE se opusiera. Se perdió el día que Pablo Iglesias salió públicamente postulándose como Vicepresidente del Gobierno (y circulaba por ahí un listado con nombres de ministros), mientras el teórico presidente no tenía ni idea porque estaba despachando con el rey, y su partido (el PSOE) era desconocedor de dicha iniciativa. Con ese acto se rompieron todos los puentes de posible negociación entre PSOE y Podemos. Lo que ocurrió este fin de semana era lo esperable, con un PSOE dividido entre su responsabilidad de Estado (que le llevaría a permitir un gobierno del PP) y su encono con el PP (que le empujaría a un gobierno aritméticamente imposible con Podemos).

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Escriba aLa oportunidad, tras el 20D, para formar un gobierno alternativo al PP no se perdió porque la dirección del PSOE se opusiera. Se perdió el día que Pablo Iglesias salió públicamente postulándose como Vicepresidente del Gobierno (y circulaba por ahí un listado con nombres de ministros), mientras el teórico presidente no tenía ni idea porque estaba despachando con el rey, y su partido (el PSOE) era desconocedor de dicha iniciativa. Con ese acto se rompieron todos los puentes de posible negociación entre PSOE y Podemos. Lo que ocurrió este fin de semana era lo esperable, con un PSOE dividido entre su responsabilidad de Estado (que le llevaría a permitir un gobierno del PP) y su encono con el PP (que le empujaría a un gobierno aritméticamente imposible con Podemos).quí su comentario

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Creo que aún no se han enterado... NO PERDIERON TODAS LAS ELECCIONES POR NO SER RENOVADORES, SINO POR NO SER HONRADOS. Los ere's andaluces y los cursos falsos, unido a la falta de sentido de Estado del Sr. Sánchez, y a su falta también de sentido democrático, pues no se puede gobernar a espaldas de la lista más mayoritariamente votada... hicieron de la candidatura socialista una CANDIDATURA INVIABLE. Y eso por no hablar de su disposición para destruir todo el país, de mano de los antisistema, por egoísmo y avaricia personal. PERDIERON LAS ELECCIONES POR NO ESTAR AL SERVICIO DE ESPAÑA, y las empezaron a perder en las municipales, cuando empezaron a pactar con toda clase de fauna para impedir que gobernara el PP allí donde había sido el más votado. EL VOTANTE NO PERDONA CONSPIRACIONES, y considera mejor a los buitres de Podemos, que a los traidores del psoe. ESO, Y QUE YA HAN DEJADO DOS VECES A ESPAÑA... EN LA RUINA.

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No hay costurero, por bueno que sea, que pueda remendar el tremendo roto que se ha abierto en el psoe, los "enfrentamientos, insultos" etc etc, , que vimos ayer ante la sede, han puesto al descubierto el desnorte al que han llevado a este psoe, No hay modisto o modista que pueda hacer el ^^traje^^ que necesita en estos momentos el psoe. Desafortunadamente, esta psoe tiene muchos ^^trajes^^,..hace tiempo que el psoe dejó de ser el Partido, Socialista, Obrero , Español, hace tiempo que esta psoe renunció a ser un partido serio y fuerte de estado,

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Lo que ha ocurrido con el PSOE es que ha llegado al final de su ciclo,poco a poco se ha ido alejando de la empatia de sus votantes y se ha convertido en un club de amiguetes.Sanchez su gran fallo es que ha querido ir de libre y lo han puesto al pie de los caballos.Susana Diaz es el cerebro de todo este conglomerado,ella es la que ha hundido el PSOE y todos sus acolitos.En proximas elecciones se va acabar de hundir elPSOE y puede que acabe el PSOK.

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Toda a Espana deveria julgar este PSOE en elecciones

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La histeria de los socialistas es una malisima noticia para el PSOE y para España Si resulta que los organos directivos de un partido estan compuesto por personas asi de inestables... Eso es terrible Lo malo es que no creo que el PSOE pueda prescindir de todos ellos No ya por los intereses creados es que ni siquiera disponen de tanta gente que este formada. Ahora mimso el PSOE Padra desaprecer a manos de Podemos como el PASOK desapareció a manos de Syriza