Pedro Sánchez visitó ayer una de las plazas más difíciles para el PSOE, donde el partido está más dividido y desmoralizado. El líder socialista recorrió Castilla y León, el último gran feudo del PP, la única comunidad donde la formación de Rajoy mantendrá la mayoría absoluta el 24 de mayo, según la última encuesta del CIS. Los populares llevan 28 años gobernando la Junta -desde que José María Aznar ganó las elecciones en 1987- y 20 años el Ayuntamiento de Valladolid, con un alcalde, Javier León de la Riva, famoso por sus salidas de tono y que acaba de sentarse en el banquillo acusado de un delito de desobediencia. Ahora está a la espera de sentencia, pero aspira a revalidar su mayoría absoluta.
Sánchez trató de insuflar ánimos a los desmotivados socialistas de Valladolid: «El futuro no está escrito», comenzó su intervención, «no está escrito que León de la Riva tenga que seguir siendo alcalde de Valladolid, ni que Juan Vicente Herrera tenga que continuar como presidente».
«Nosotros salimos a ganar las elecciones porque ganando podremos cambiar una sociedad injusta», enfatizó en pleno barrio de la Rondilla, una zona obrera tradicionalmente simpatizante socialista.
Blanca de Luis: IU y Si se Puede Valladolid podrían apoyar al PSOE si el PP baja de 15 concejales
El problema es que el PSOE castellanoleonés no cree que pueda gobernar Castilla y León tras muchos años en la oposición. Y las encuestas se lo confirman. No lo creen sus maltrechas bases, a pesar de que así lo proclamen sus candidatos, encabezados por el secretario general regional, Luis Tudanca. Pero tampoco lo creen en Ferraz, donde dan por perdida esta comunidad que ha sido tradicionalmente granero de votos del PP. Incluso aunque Herrera perdiera su mayoría absoluta, se resignan a que pactará con Ciudadanos, que entrará en las Cortes regionales.
El PSOE castellanoleonés está además partido por dos tras un duro congreso regional en 2014 y unas primarias en noviembre que fracturaron el PSOE por la mitad: el candidato a la capital, Óscar Puente, ganó con un 52% de los votos a su adversario, que tuvo el 48%.
Ganaron las primarias los dirigentes próximos a Pedro Sánchez y perdieron los partidarios de Eduardo Madina. La mayoría de los perdedores no están en campaña, aunque ayer se pudo ver en el acto al ex secretario general Julio Villarrubia y al diputado por Valladolid y portavoz de Educación, Mario Bedera.
La media de edad del PSOE de Valladolid es muy alta. Y así se constató en la popular plaza de Alberto Fernández, donde superaba ayer de largo los 60 años. Uno de los simpatizantes vallisoletanos, Félix Herrera, de 72, cree que «la larguísima travesía del desierto» del PSOE pucelano terminará algún día, pero «no en estas elecciones».
«Castilla y León y Valladolid, desgraciadamente, serán los últimos sitios donde gane el PSOE después de que lleguemos a La Moncloa y gobernemos en casi toda España», decía ayer resignado.
El PSOE provincial tiene sólo 1.625 militantes, a pesar de que la población supera los 530.000 habitantes; muy poco comparado con León, con más de 3.000 afiliados y 490.000 habitantes. Pero lo peor, como se constató ayer, es que la esperanza de ganar la Alcaldía o, menos aún, la Junta, son nulas.
La portavoz del PSOE en el Parlamento Europeo, la vallisoletana Iratxe García, en primera fila, alega que los ánimos están mucho mejor hoy en el PSOE regional que en 2011, cuando el PP dobló en votos y en concejales a los socialistas. Ayer, se mostró confiada en ganar la Alcaldía de la capital, aunque sea con pactos con IU o con Podemos. García es vicesecretaria general del PSOE de Valladolid y admite que las heridas de las primarias locales aún están abiertas, un grave problema para conseguir una mayor movilización.
Blanca de Luis, de 48 años y candidata número 10 al Ayuntamiento, cree que esta vez León puede perder la mayoría absoluta. En ese caso, Sí se Puede Valladolid (donde está Podemos) e IU podrían apoyar al PSOE si el PP baja de 15 concejales (ahora tiene 17) y Ciudadanos no apuntala al veterano regidor.
El candidato al Ayuntamiento, Óscar Puente, reivindicó que el PSOE «también en Valladolid tiene 136 años de historia». Y destacó que «en democracia, lo mejor que ha pasado en Valladolid ha pasado bajo el mandato de alcaldes socialistas [entre 1979 y 1995] cuando gobernábamos para las personas y no para las piedras», clamó.
Sánchez también visitó ayer Burgos. Y en precampaña ya ha estado en las nueve provincias de Castilla y León. «Ya has hecho más kilómetros por Castilla y León que Herrera en toda la legislatura», bromeó Tudanca, que apostó por Sánchez como candidato socialista a la Presidencia del Gobierno y como próximo «presidente del Gobierno de España».
La visita de Pedro Sánchez fue ayer una inyección de optimismo para un partido débil y necesitado de ánimos. Sánchez pidió a los vallisoletanos que voten al PSOE para acabar con «un gobierno hostil». «Lo mejor siempre está por venir y en Valladolid y en Castilla y León vendrá de la mano de Óscar Puente y de Luis Tudanca», terminó.