Ricardo Lagos: “Me duele que algunos digan que no soy socialista”
09/04/2017 | 02:14 pm
El ex Presidente Ricardo Lagos resiente su actual relación con el PS, que hoy define a su carta a La Moneda. Aquí, detalla su protagonismo en los hechos clave de los últimos 60 años de la historia del socialismo chileno, compara su situación en las encuestas con las que tuvo que enfrentar Salvador Allende y refuerza su convicción en un ideario socialista “a la altura de estos tiempos”.
“La historia recoge el nombre del Presidente Allende sacando dos votos (…), y esos dos nombres son conocidos”, dice el ex Presidente Ricardo Lagos al comentar si espera que hoy el comité central del PS decida a mano alzada -y no en secreto- al abanderado presidencial del partido entre su nombre y el de Alejandro Guillier. No es la única alusión a la historia del extinto mandatario y su propio devenir nuevamente como candidato a La Moneda: “Si hubiese sido por encuestas, Allende no habría sido candidato”.
El PS, su partido, aunque algunos le niegan su calidad de militante, hoy enfrenta una disyuntiva. ¿Espera contar con el respaldo de la colectividad a su candidatura?
Estoy muy tranquilo, porque he intentado hacer una campaña basada en ideas, en propuestas, que tiene que ver con la continuidad del socialismo en Chile. La forma del socialismo en el siglo XX es distinta a la del siglo XXI. Hay un modo de sociedad muy distinto y, tras haber recorrido el país en estos seis meses, me he percatado de que aún quedan bolsones de pobreza. Sí, es cierto, hemos dado un tremendo salto. El pensamiento socialista con el pensamiento DC fueron fundamentales estos 25 años que hemos gobernado Chile y dificulto que alguien me diga que en los 200 años de Chile independiente hay otros 20 años que se le comparan. Eso es lo real. Lo importante es cómo somos capaces de preservar una coalición y de seguir sirviendo a Chile a través de estas políticas.
¿Pero espera el respaldo del PS?
Uno espera lo que será la resolución de los órganos constitutivos, nada más. Y que ellos lo hagan como corresponde.
¿Sin dramatismo?
¡Cómo va a tener dramatismo el ejercicio democrático al interior de un partido!
Partidarios suyos advirtieron que usted se bajaba de la candidatura presidencial si es que el PS no lo proclama…
Esa forma de pensar es un poco simple. Y si pierde Guillier, ¿él se baja? Ese tipo de elucubraciones no tiene mucho sentido. Formalmente, el PPD ya me proclamó, es una forma de decir que ya estoy inscrito para participar en las primarias del 2 de julio.
¿Fue una forma de presionar de parte de su entorno en la antesala de la decisión del PS?
Yo no lo diría así. Nadie se deja presionar a esos niveles. Ellos están tratando de elucubrar qué consecuencias tendría. También hay otros partidos que están diciendo que lo que pase en el PS es muy importante y que tomarán definiciones, ¿eso es una presión sobre ellos? Obviamente que no, ellos están haciendo un juicio político y están en su derecho.
Cuando usted plantea que el PS debe tomar una decisión pensando en el interés superior del país y en la necesidad de preservar la unidad de la coalición, ¿qué está diciendo exactamente?
A veces, el bien superior del país implica decir mis intereses partidarios los dejo a un lado, porque el interés de Chile es más importante. El 89, muchos pensaron que yo podía ser candidato presidencial y dije claramente ‘no hay candidatura presidencial de Ricardo Lagos, porque eso no está acorde al interés del país y se acabó la discusión’.
¿Por qué sería un revés para la coalición que el PS apoye a Alejandro Guillier? ¿El no es, acaso, parte de la Nueva Mayoría?
Se supone que los partidos políticos obedecen a un cierto conjunto de principios, ¿verdad?, en consecuencia, lo normal es que los partidos tiendan, en función de los principios, a apoyar a quienes forman parte del mismo club, llamémoslo así.
¿Y usted es parte del club socialista?
Claro, yo he sido parte desde el año 48, cuando era académico en la Universidad de Chile dentro del grupo de académicos socialistas. El 78 decidí que era el momento de entrar a militar con bastante poco éxito, pues al poco tiempo el partido se dividió entre los que estaban con Altamirano y los que se fueron con Almeyda. A mí y a algunos amigos nos pareció absurdo dividir al partido. Fue ahí que la Tencha (Bussi) nos llamó los “suizos”, porque éramos neutrales. Como grupo empezamos a participar en los distintos procesos de unificación socialista. A partir de eso vino la Alianza Democrática y el entendimiento de los socialistas con la DC y el PR, entre otros, donde planteamos la necesidad de enfrentar la dictadura por métodos pacíficos. En diciembre de 1983 esa alianza decidió que iba a rotar la presidencia, la primera la hizo Gabriel Valdés, al mes siguiente la hizo Enrique Silva Cimma y después le tocaba al PS, ahí es cuando me piden que sea el representante socialista y, por tanto, presidente de la Alianza Democrática. Después se pasó a la Asamblea Democrática, al Acuerdo Nacional, a la Asamblea de la Civilidad, hasta que llegamos al año decisivo, el año 86. Ese fue un tema muy complejo, porque tuvimos dos episodios ese año, el descubrimiento de las armas en Carrizal Bajo y el atentado (a Pinochet). El atentado implicó que un grupo termináramos presos. Bueno, al final salimos de allí y se dio paso a una alianza más grande: la Concertación por el No, y el Partido Socialista de Almeyda, en ese momento, entró en la vía de decir nos inscribimos en los registros electorales y votamos No. Creamos el PPD, ahí se llegó al plebiscito, entró el Partido Comunista y hubo un frente muy amplio para decir no a la dictadura.
Usted reivindica una historia muy extensa como socialista, en la que tuvo roles como protagonista. ¿Qué siente que desde el PS haya tantos sectores que desconocen ahora su militancia?
Para terminar la historia, entramos en la campaña de Aylwin, él me ofreció desde un primer momento ser parte de su gabinete, le dije que no, porque tenía que hacer campaña por los míos. Se produjo la primera unificación del PS, con Almeyda presidente, Arrate secretario general. En ese período, el grueso de los parlamentarios, salvo tres, eran por el PPD, porque los socialistas tuvieron que ir por el partido Pais. Luego viene una segunda oleada, cuando ingresó la gente del Mapu y de la Izquierda Cristiana. Allí se produjo un congreso del PS, en el que se dijo que no podía existir la doble militancia PS-PPD, por lo tanto, daban un año para optar. Fue en ese Congreso del PS cuando, por unanimidad, acordaron que el único que podía tener doble militancia era yo. Durante muchos años seguí participando en las votaciones internas del PS. Jurídicamente, desde el punto de vista de en qué registro electoral estaba inscrito, estaba en el del PPD. Pero quiero responder derechamente a la pregunta que me hicieron. Lo que más me ha dolido es que algunos sostengan que no soy socialista. Otra cosa es que voten por quien quieran, eso está muy bien, es parte de la política. Pero nunca pensé que eso se iba a cuestionar.
Cuándo piensa en Guillier y el entusiasmo que genera en el PS, ¿a qué lo atribuye, es un tema de encuestas?
Habría que preguntarles a los que están entusiasmados con Alejandro Guillier, no tengo interpretación. Será que le va bien en las encuestas y eso es un elemento a considerar, me parece normal.
¿Normal, pero no debiera ser definitorio?
Es que los partidos tienen ciertos principios y alguien puede pensar que las ideas de esta persona o de otra interpretan al partido, está bien.
¿Usted hace un mea culpa respecto de las causas que pudieron haber gatillado este distanciamiento de algunos sectores del PS?
Bueno, no sé, qué quiere decir mea culpa, digamos, o sea, yo soy lo que soy. Entonces, si pienso que puedo servir como lo dije el 2 de septiembre para ser un puente de unidad en un proceso de crisis institucional tan grave como la que hay, como donde todos nosotros, toda la clase política estamos cuestionados, la opinión pública nos tiene en una muy baja estima, por decirlo suave. Y el tema del poder, de la política y el dinero. El tema de una ciudadanía que se siente abusada y un Estado que no la protege, porque veo que se coluden aquí, veo que cobran por acá, veo que… bueno, y ¿quién me protege?… Entonces, cuando ocurre eso digo ‘bueno, a lo mejor puedo aportar’ y dije estoy disponible, si eso ayuda a la unidad. Constato que no ha sido muy exitoso esto, por la pregunta que usted me hace y, en consecuencia, creo que acá tenemos un tema difícil, pero donde yo quisiera pensar que vamos a ser capaces de entender cómo debe ser un ideario socialista a la altura de estos tiempos y donde sea un ideario donde también los DC se sientan cómodos, porque ahí está la clave de lo que hemos hecho. Aprendimos de la divergencia entre Allende y Frei Montalva, que en lo que concluyó aquello no fue bueno y esa polarización nos condujo al quiebre de la democracia.
La DC ha planteado que no se sienten cómodos en una primaria en la que usted no esté presente, y de ser así irían a primera vuelta…
Ah, bueno, ese es un tema que tendrán que ver ellos, yo no.
No, pero tiene que ver con lo que usted plantea: un escenario de comodidad, donde las distintas fuerzas se expresen y voten…, a eso me refiero.
Bueno, por supuesto.
Usted ha remarcado que uno de los objetivos primordiales que lo lleva a dar este paso, la candidatura, es la unidad, preservar la coalición, este entendimiento entre el socialcristianismo y la socialdemocracia. ¿Cree que está eso en duda en este minuto? Parte de la DC ha planteado que si usted no va a las primarias, Carolina Goic está en libertad de acción de ir a una primera vuelta…
Bueno, no sé esas cosas cómo se hacen, pero yo no estoy en ese debate. Ese debate es un debate para los partidos. Yo estoy tratando de hacer lo mío, producir ideas, saqué un librito, verdad, En vez del pesimismo, donde si usted pretende dirigir un país, bueno esto es lo que yo pienso de este país, en este momento, y esto es lo que habría que hacer. Ahora usted no hace una cosa de cuatro años, sino que hace una de 20. ¿Cuál es el horizonte donde quiere llevar a un país? Y otra cosa es que de ese horizonte de 20 traigo al presente cuatro años y ese es el documento de programa que he insinuado y que le llamo ‘una propuesta para conversar’, porque de eso se trata.
Me gustaría despejar un tema que tiene que ver con Isabel Allende. Ella levantó una postulación y se instaló la idea de que usted la bajó y que eso es la raíz del distanciamiento con el PS. ¿Puede despejar ese episodio?
(Silencio) Prefiero no referirme a eso. Fue una conversación privada que tuve con ella y es una conversación que terminó en muy buenos términos.
En la privada, entre ustedes, porque después se generó todo un incidente…
Por unos WhatsApp que se mandaron de personas cercanas a ella.
¿Que filtraban la reunión? ¿O que dieron una versión de lo que había pasado en esa reunión?
No. No recuerdo lo que se dijo. Pero se insinuó algo de lo que usted acaba de decir.
Don Ricardo, ¿le parece bien que el comité central vote en secreto hoy o cada dirigente debe votar abiertamente cuál va a ser su candidato?
Bueno, supongo que siempre se vota abierto, no? La historia recoge el nombre del Presidente Allende sacando dos votos en la primera vuelta, y esos dos nombres son conocidos. O sea, parece que… no sé, pero eso lo tendrán que resolver ellos.
¿Cuán importante es el respaldo del PS para su candidatura?, por este tema de las encuestas, que se dice que no prende…
Bueno, siempre es bueno tener apoyos, ¿no cree usted? La pregunta es bien obvia suya, perdone que se lo diga así, pero es bueno tener apoyos.
Siempre es bueno, pero ¿es fundamental contar con el apoyo del PS?
No, pues, no ve que yo puedo llegar perfectamente con el apoyo del PPD.
Es candidato entonces… a la primaria, va a estar en la papeleta de la primaria…
Me va y me hace una pregunta usted y yo le digo mire, basta, nada más voluntad, decisión, nada más. Ahora cuando las cosas ocurren… conversamos.
Claro, es que la disyuntiva está instalada, por eso se le pregunta, para que sea tajante en despejarla…
Y por eso le respondo que cuando la disyuntiva esté, yo le respondo.
¿Eso quiere decir que va a tomar una decisión después de hoy?
Cuando me parezca, pues. Las decisiones se toman cuando es oportuno.
Usted ha señalado que las candidaturas deberían ser un debate de ideas y usted ha puesto varias de ellas sobre la mesa, sin embargo, sigue primando el tema de los posicionamientos en las encuestas. ¿Qué le parece a usted esa barrera?
La política consiste en liderar y cambiar eso. Por eso me parece muy bien la declaración que han hecho Carolina Goic y el partido. No nos guiaremos por las encuestas. Por eso, Salvador Allende el 51, cuando todo el partido se fue con Ibáñez, porque Ibáñez era la escoba que iba a barrer todo, dijo: ‘Eso no interpreta el ideario socialista’ y se fue del partido, y había un PS chiquitito, el de Bernardo Ibáñez, y con ese partido chiquitito fue candidato a Presidente de Chile y ahí no fue necesario recurrir a las encuestas que no había, pero todos sabían que iba a llegar último, y sacó el 5%. Eso es convicción en lo que se cree. Entonces ahora, claro, había sí un antecedente, como había sistema proporcional, fue tal la votación de Ibáñez senador el 49, que arrastró a Eugenio González Rojas, nuestro distinguido maestro, filósofo, fundamental en la declaración de principios del PS del 47, y llega al Senado arrastrado por la avalancha de Ibáñez. Entonces, claro, el que se siguiera a Ibáñez parecía natural, verdad. Eso yo creo que le da un sentido a lo que le estoy diciendo, verdad. Porque si hubiera sido por las encuestas, Allende no es candidato, verdad, para sacar el 5% de los votos. Eso es la convicción, y después del 64, cuando se produce el naranjazo, se baja Julio Durán y es obvio que la derecha se va con Frei y que el presidente se llama Frei, estaba yo joven y me acuerdo que acompañé a Allende a explicar por qué iba a nacionalizar el cobre en Chuquicamata, y, claro, ahí era claro quién iba, pero Allende siguió hasta el final, verdad.. y bueno…, así se escribe una historia. La política es ética, también épica en algunos momentos, pocos, pero es ética. El triunfo del No, esa fue la épica. Cada generación tiene su propia épica. A nosotros nos tocó esa, pero la política es ética, es convicción, y lo que yo estoy presentando son ideas en las cuales creo, y digo es eso lo que hay que hacer y es eso lo que planteo con claridad. Ahora, que me digan no marca. Bueno, pues, es que hay que hacer y explicar. ¿Usted creen que decían algo mucho más sólido que las encuestas, dígame un caso en que un dictador se va porque pierde un plebiscito. Ah, sí que esa era difícil la encuesta, pero nos la creímos, pues, y dijimos de nosotros depende. Si inscribimos un partido, contamos los votos, la hacemos…
¿Cuál es la épica ahora, porque han desangrado a todos los candidatos socialistas, bajaron a Fernando Atria, a José Miguel Insulza?
Creo que no, pues, aquí no hay épicas, por eso yo recurro a la segunda cosa, que es la ética, que es la convicción en las ideas.
Sí, pero usted hablaba de convicción de que inició este camino sin importar si perdía o no en las primarias…
Eso lo digo claro. En democracia.
Eso en parte es el juego de la democracia, pero lo que me imagino que usted no esperaba era que iba a haber esta desafectación…
No soy ingenuo y hay gente que por supuesto no le debe gustar, pero pensé que iba a haber una actitud más receptiva. Bueno, me equivoqué…, hasta ahora. Porque no pensé que se iba a arrastrar esto, que se iba a arrastrar hasta este momento. Me invitaron a un comité central y fui y les dije que me parecía absurdo decir que había que elegir al candidato socialista en abril para una primaria que dura dos meses y dije en noviembre, ‘mire usted lo que estamos diciendo, vamos a discutir durante seis meses y mientras tanto el adversario real, que es la derecha, Sebastián Piñera, que tiene armado eficientemente su sector, mientras tanto discutimos el candidato socialista, después falta ver cómo nos ponemos de acuerdo o no con el PPD. Bueno, a esas alturas el PPD se aburrió y me proclamó. Entonces, claro, eso se sintió en su momento también como una forma de presión, bueno, pero en definitiva llegamos a lo que yo dije que no debía hacerse y quién resolvió no hacer la consulta, el mismo comité central que aprobó hacerla en abril… Bueno, sin comentarios.
El problema de la política en Chile es que discutimos procesos y no sustancia. Discutimos procesos y tan pronto discutes procesos, la opinión pública se desentiende. Hay una crisis profunda y nuestros partidos siguen actuando como si no existiera y esto es el tema. Llevamos cuatro o cinco meses discutiendo el proceso y no la sustancia. ¿Qué quiere proponer el socialismo chileno hoy a Chile? Yo trato de discutir sustancia… nada más.
¿Lo vamos a ver en la primaria?
En la primaria no voy a debatir eso, porque es la primera vuelta de la coalición. Eso viene en la de después.
Es que no es un chiste cuando se habla de que hay una disyuntiva que se abre hoy con la decisión que tome el Partido Socialista, por lo tanto, lo que uno puede esperar del candidato es claridad absoluta respecto de esa convicción que nos señalaba, como lo dijo hasta enero, que iba a estar en la papeleta de la primaria del 2 de julio.
Y hoy día el PPD va a estar inscrito y, por lo tanto, estoy en la primaria.
¿Va a estar en la primaria?
No, no. Hoy. Soy muy preciso: hoy.
Usted lleva meses proponiendo temas, intentando colocar ideas, pero eso no se trasunta en encuestas, en apoyos…
Volvemos a la discusión, no tengo nada nuevo que agregar.
¿Cómo se da cuenta -entonces- que su mensaje penetra, convence, de que hay gente que lo respalda?
La cantidad de independientes que está detrás me ha impactado.
A voluntarios, ¿a eso se refiere?
De voluntades… El número de gente que ha estado trabajando en el famoso programa, una gran cantidad de profesionales del mundo nuestro, PS y PPD, pero una gran cantidad de independientes. Gente muy joven.
¿Cuáles son los intransables en términos programáticos?
No, no hay cosas intransables. Ahí está el programa, quiero escuchar las otras respuestas, y como no he escuchado ninguna todavía, qué quiere que le diga. No me he encontrado con la situación de decir que algo es intransable, nadie me ha hecho un comentario todavía.
Pero imagino que hay temas que tiene que poner sobre la mesa…
Me imagino que el tema de la nueva Constitución es un tema para usted.
Claro, por supuesto.
¿Y le gustó la manera en que el gobierno resolvió esa promesa?
Es muy importante que se haya ingresado eso y que el tema se ponga. Lo más importante es entender que todas nuestras constituciones, la del 33 en el siglo XIX, la del 25 en el XX y la de Pinochet, todas son producto de la fuerza, y creo que ahora lo ideal, derogados los enclaves autoritarios, es que se pueda realizar una Constitución donde todos conversemos y podamos ponernos de acuerdo en lo que queremos.
¿Le gusta esta fórmula, el mecanismo de la Convención Constituyente?
Es una palabra.
¿Qué diferencia hay entre convención y asamblea?
Jurídicamente, ninguna.
Se lo digo porque la asamblea constituyente fue un tema latamente debatido…
De nuevo estábamos discutiendo procesos y porque estábamos discutiendo procesos yo dije “perdón, yo quiero discutir sustancia”, entonces en esta fundación hicimos un proceso de usar una Constitución online. Y sacamos un texto y lo envié a todos los parlamentarios con las 590 proposiciones que surgen de aquello. Fue un trabajo de año y medio solo sobre sustancia: si quiere sistema presidencial o semipresidencial, parlamentario, etc. Lo que usted quiera está ahí. Y después nos pareció que podíamos ir de Tu Constitución a Nuestra Constitución, vale decir, díganle a la gente qué piensa de todas las propuestas y salió Nuestra Constitución y lo entregamos a la opinión pública. Todo sustancia.
¿Usted es partidario de ser continuador de los procesos de reforma que se iniciaron en este gobierno?
No, continuador no. Los procesos que se han hecho había que hacerlos. Había que hacer una reforma tributaria, aunque no fui partidario de esta reforma con dos opciones para el contribuyente. Por eso, digo en el programa que quiero una reforma que cumpla el siguiente test: que haya diferencias en la distribución de ingreso antes y después de pagar impuestos. Porque ese es el test de la civilidad. En todos los países de la Ocde, unos más otros menos, el nivel de distribución de ingreso inequitativo antes de impuesto mejora sustancialmente después de que pagamos impuestos. ¿Y por qué nosotros no? ¿Había que hacer una reforma educacional? Obvio que sí. Y me parece muy bien que la gratuidad esté aquí para quedarse. Que me opuse siempre al copago cuando ya no era ministro de Educación. Dije que eso iba a hacer una educación de acuerdo al bolsillo de cada uno, eso no es democrática.
¿Por qué me corrigió la palabra “continuador”, no se sentiría continuador de este gobierno?
Porque entonces podrías decir que estoy continuando, haciendo exactamente lo mismo. Y digo no. Las reformas que está haciendo la Presidenta Bachelet había que hacerlas, la forma y cómo se implementan tienen distintas formas y te puse el ejemplo del impuesto. Mi test para mí va a ser este otro.
Y respecto de las pensiones, es una reforma que se debe iniciar ahora. ¿Concuerda usted con el planteamiento del gobierno, que el 5% extra debe ser administrado por un órgano estatal y no las AFP?
Sí, porque las utilidades de las AFP son obscenas.
Sin embargo, el ministro de Hacienda ha puesto en duda si es la oportunidad de enviar este proyecto en la medida en que no están los consensos.
Eso tiene que verlo el gobierno, yo no soy gobierno. El ministro de Hacienda tiene que hacer lo que tiene que hacer y aplaudo el coraje del ministro de Hacienda en una cantidad enorme de materias, porque le ha tocado ‘bailar con la fea’.
Me dice que no le gusta plantearse como continuador, porque cree que hay cosas que modificar…
No me hagas decir cosas que yo no he dicho. Yo no he dicho que no soy continuador. Tú me haces una pregunta: “¿Es usted continuador?”. Y yo te digo que hay que hacer las reformas que la Presidenta ha querido hacer. Del punto de vista de esas reformas es la continuidad de las reformas. La forma de hacerlas es distinta.
En Educación, ¿por dónde habría partido?
Por la educación pública. Esas cosas uno las conversa con los ministros.
¿Qué otras ideas centrales ha buscado colocar en el debate?
Este programa tiene que ver con cuatro tesis centrales: cómo se recupera la confianza. Que es indispensable volver a crecer -y están allí las respuestas para crecer con un gran programa de infraestructura a partir del fondo de infraestructura, es decir, qué se hace a partir de aquello en lo cual el Estado hoy es más rico en 25 mil millones de dólares, que es lo que se ha hecho gracias a las concesiones. Tercero, la necesidad de una reforma tributaria que dé cuenta de una diferencia antes y después de impuestos. Otro gran tema: la ciudadanía exige vivir en un país seguro, porque tiene miedo. Tiene miedo de enfermarse. Tiene miedo de que la asalten en la calle. Tiene miedo de que se produzcan las catástrofes a las que estamos habituados y, por lo tanto, para estos tres miedos hay que prevenir y solo puede prevenir el Estado, siempre que sea un Estado potente, eficiente y probo. Las isapres no previenen en la salud, el Estado sí, y la prevención comienza en atención primaria y eso implica un salto muy grande en la atención primaria. En seguridad ciudadana tienes tres líneas: la clásica, que implica una coordinación mejor, que hoy día no la hay, entre policías y todo un conjunto en ese ámbito. Pero cuando te dicen que más del 50% de los que están presos en las cárceles vienen del Sename, ahí tiene otro foco para prevenir. Por favor, ahí está la prioridad, porque si de ahí van a salir los futuros delincuentes, eso es prevención, esa es otra forma de mirar el Sename. Si la mitad de mujeres es por tráfico de modesta marihuana, entonces algo funciona mal en la forma de abordar el tema de la droga. Y la droga tiene un tratamiento distinto, porque si tenemos 20 estados de los Estados Unidos donde la marihuana ha sido aceptada, por qué no reconocemos que la forma de derrotar las drogas que comienza en la Convención de Naciones Unidas de 1960 está perdida y tenemos que enfocar. Y si vamos a enfocar con tutti, decimos algo más hereje todavía: los drogadictos irrecuperables, los que están dispuestos a matar a su madre con tal de obtener el dinero para la coca o cualquier droga dura, son enfermos, no tienen recuperación, el Estado se las debe proveer. ¿Pero cómo? Reduzco la delincuencia. Estos son los temas futuros y estos temas no se discuten porque no es popular decir: ah no, son enfermos crónicos, entonces no tenemos plata para no sé cuántas cosas en salud y usted le va a dar… Es que esa droga sale casi gratis lo que cuesta legalmente. Entonces estamos enfocando las cosas de manera distinta y estos son los debates que importan. Y no hemos hablado nada de deportes y de cultura, pero tiene que ver con esto, con prevención. Todavía no hemos hablado nada de educación ni de las desigualdades que hay en este país. Que es el cuarto pilar.
Usted ya fue Presidente, ¿qué le hace pensar que todo eso que propone lo va a lograr ahora?
Porque cuando fui Presidente de Chile teníamos ocho mil dólares por habitante y ahora tenemos 23 mil. Lo que usted puede hacer cuando gana 500 mil pesos al mes en su familia es distinto de lo que usted puede hacer cuando gana un millón quinientos, tres veces más. Es un tema de plata, de tener presión tributaria. Le estoy diciendo que voy a subir la presión tributaria, pero es una delicada línea: cuánto subo la presión tributaria y desincentivo la inversión, pero si es solo inversión, creo entonces bolsones de pobreza que van a erupcionar mañana. Son los cambios anticipatorios que dice Erich Fromm, y cuando no hay cambios anticipatorios después vienen cambios revolucionarios.